Las empresas que operan en los muelles de Ferrol y San Cibrao han movido en los últimos 12 meses algo más de 11,1 millones de toneladas de mercancías.

La actividad en las instalaciones retrocede un 18,6 % lastrada por la aceleración de la transición energética.

La APFSC profundiza en la búsqueda de tráficos alternativos y reclama de nuevo que se favorezca el desarrollo de las industrias electrointensivas, así como un cambio de modelo económico ordenado, justo y no lesivo para la zona.

Ferrol, 2 de enero de 2020
La Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao acaba de cerrar 2019 con un resultado en la línea de lo previsto en su plan de empresa, que actualizó a la baja en septiembre pasado. Lastrada por las consecuencias de la aceleración de la transición energética, la actividad ha caído algo más de un 18 % en relación con 2018: 11,15 millones de toneladas de mercancías movidas frente a 13,7. La Autoridad Portuaria busca tráficos alternativos que permitan invertir la tendencia, al tiempo que reclama de nuevo que se favorezca el desarrollo de las industrias electrointensivas y que se lleve a cabo un cambio de modelo económico ordenado, justo y no lesivo para los intereses del área de influencia.

Según datos todavía provisionales, las empresas que operan en los muelles de Ferrol y San Cibrao cargaron y descargaron entre el 1 de enero y el 31 de diciembre 11.152.879 toneladas de materias primas, materiales y productos. Ello supone alcanzar el objetivo fijado el pasado verano, descender 2,7 puntos porcentuales respecto a la media de actividad de este siglo y bajar 18,6 en comparación con los tránsitos registrados en 2018, mejor ejercicio, junto con el de 2012, en la historia de las instalaciones.

Mientras las mercancías generales se matuvieron en niveles similares a los de 2018 (+ 0,9 %) y los graneles líquidos experimentaron un avance del 6 %, los sólidos cayeron un 24,7. Aunque de importancia menor en el conjunto del balance, también dieron un paso atrás los avituallamientos, los tráficos interiores, los transbordos y la pesca.

El ránking de mercancías de 2019 lo lidera la bauxita, con 3.966.686 toneladas movidas, seguida por el carbón, con 2.162.592, todas ellas desestibadas entre enero y junio. Ya a mayor distancia, completan la clasificación en sus 15 puestos nobles la alúmina (1.167.716 toneladas), el gas natural licuado (902.826), el fueloil (520.510), la madera (331.472), la chatarra (290.189), los aceites (289.730), la sosa cáustica (270.252), el biodiésel (209.101), el acero (150.771), la piedra y grava(147.027), el coque (76.043), el papel (62.224) y el metanol (55.264).

Madera, fueloil, aceites, chatarra y GNL, al alza

Entre los diez grandes tráficos, en términos relativos, las mejores evoluciones las presentan la madera, el fueloil, los aceites, la chatarra y el GNL, con subidas, respectivamente, del 34, del 18,6, del 15,3, del 7,6 y del 6,3 %. En el resto del desglose merecen mención destacada también los movimientos de piedra y grava, que de la nada han pasado a 147.027 toneladas, y de papel, con un repunte de 19,3 puntos porcentuales (de 52.153 a 62.224 toneladas).

En el resultado del ejercicio destaca igualmente el comportamiento tenido por la mercancía contenerizada. Medida en peso, se disparó un 116,3 %, hasta alcanzar las 95.506 toneladas. El número de TEUs, entretanto, aumentó un 82,6 %, desde los 4.532 hasta los 8.275. Este progreso es fruto de la entrada en servicio, en junio de 2018 en el puerto exterior, de una línea regular internacional de contenedores.

En el polo opuesto, la Autoridad Portuaria paga el fuerte proceso de transición energética que atraviesa Europa. Por condiciones de mercado y regulatorias, este fenómeno afecta gravemente a la generación de energía con carbón en España, donde las industrias electrointensivas también están sufriendo problemas de competitividad. Esto está condicionando sobremanera la actividad en los muelles de Ferrol y San Cibrao, históricamente vinculados a la energía. De hecho, el balance de 2019 se explica reparando únicamente en lo que descendieron los movimientos de carbón (de 4.730.190 toneladas a 2.162.592, un 54,3 %), de bauxita (de 4.240.042 a 3.966.686, un 6,5 %) y de alúmina (de 1.199.435 a 1.167.716, un 2,6 %).

La oportunidad del PIF

Consciente de esta situación, la Autoridad Portuaria inició hace años una política de diversificación de tráficos en la que profundizará y que de momento ya ha fructificado, por ejemplo, en la inauguración de la citada línea regular de contenedores. Ha emprendido igualmente inversiones para mejorar la conectividad y competitividad de sus instalaciones, como la construcción del acceso ferroviario a los muelles exteriores de Ferrol, obra actualmente en ejecución. Asimismo, apoya proyectos clave en el nuevo modelo económico, mayormente, la creación del gran hub de GNL del noroeste ibérico. Además, está tomando medidas para tratar de convertir el Brexit en una oportunidad, propósito que subyace en la reciente activación en la dársena de Prioriño de un puesto de inspección fronteriza (PIF), un servicio que permitirá la captación de mercancías de origen animal destinadas al consumo humano que provengan de países de fuera de la UE.

En el corto plazo, no obstante, se aguarda para 2020 una nueva caída de actividad, algo ya previsto en el plan de empresa de la institución, que esta, en un ejercicio de responsabilidad, se vio obligada a corregir a finales del pasado verano. Con todo, la Autoridad Portuaria sigue abogando por acometer una transición energética ordenada, justa y no lesiva para los intereses de la comunidad portuaria ni para los de su área de influencia. Además, cree de vital importancia la aprobación urgente de un estatuto que permita a las empresas electrointensivas planificar su gestión y disponer de una tarifa competitiva y estable que asegure su futuro.